Árbol de Tinta No. 221. Especial Género, ciencia y arte
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Editores
Comunicación institucional de la Universidad de Ibagué
Fecha
2017-03
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Descripción general
Este número de Árbol de Tinta presenta diversas reflexiones sobre la relación entre la producción de conocimiento científico, las artes y la construcción de la diferencia sexual. Partimos de la consideración de que toda ciencia, en el sentido de la filósofa Donna Haraway, es una percepción particular y etnoespecífica de una sociedad. Por ello, en el conocimiento científico subyacen valores, ideologías y relaciones de poder que hacen de la ciencia un resultado de nuestras culturas.
En sociedades donde la división entre hombres y mujeres no es relevante para clasificar a los sujetos ni para atribuirles capacidades y potencialiddades, la ciencia (por supuesto que aquí nos referimos no solo a la occidental sino al corpus de conocimientos que producen todas las sociedades sobre sus entornos) no reproduce esas desigualdades de género. En Occidente, la dicotomía entre hombres y mujeres está fuertemente arraigada, por lo tanto, las perspectivas y conocimientos sobre el mundo manifiestan también esta profunda distinción.
La ciencia y filosofía occidentales erigieron como verdad una interpretación cultural e histórica de la anatomía humana y de sus procesos biológicos. Por esta razón, se hace necesario revisar nuestras formas de producción del conocimiento, las herramientas teórico-metodológicas y los instrumentos de investigación a la luz de categorías críticas, como el género, que logran develar cómo lo que sabemos del mundo está signado por la diferencia sexual.
Hasta hace muy poco tiempo las mujeres tenían restricciones para acceder a la educación, ejercer sus derechos civiles y políticos, tener propiedades y heredarlas, entre muchas otras. También, el uxoricidio por adulterio, es decir, el asesinato de mujeres a mano de sus esposos por celos, aún puede ser considerado como un acto de locura momentánea a causa de la ira e intenso dolor. Tal vez, lo que sabemos de justicia tenga que ser cuestionado en un país como Colombia donde en 2016, según el Instituto de Medicina Legal, fueron 125 asesinadas por quienes quizá alguna vez las amaron y 51.182 mujeres sufrieron “violencia de pareja”. Si sumado a lo anterior consideramos el subregistro de aquellas que no acuden a las autoridades para poner la denuncia tendremos que aceptar que estamos frente a un panorama aterrador.
Las desigualdades de género —que también afectan a población lesbiana, gay, transexual, transgénero e intersexual— están produciendo cientos de muertes y miles de agresiones al año. ¿Qué tiene que decir la ciencia al respecto de estos problemas sociales?, ¿de qué manera la producción de conocimientos en las universidades es ciega al género cuando reproduce estas injusticias? Para pensar en estos interrogantes invitamos a investigadoras, estudiantes y activistas de varias partes del mundo a escribir sus aprendizajes y experiencias sobre la relación entre género, ciencia y artes. Esperamos con ello abrir un debate amplio en la Universidad de Ibagué, para buscar conjuntamente caminos hacia conocimientos más democráticos e igualitarios, lo cual pensamos con esperanza redundará en sociedades más éticas y justas.
Notas
URL del Recurso
Identificador ISBN
Identificador ISSN
2619-6034
1900-592X
1900-592X